Estelarizar la portada de un videojuego representa para muchos atletas un gran logro, sin embargo, en la NFL esta hazaña ha comenzado a ser vista como un problema, debido a la famosa “maldición del Madden”, que tiene como última víctima al corredor estrella de los San Francisco 49ers, Christian McCaffrey, quien estuvo en la carátula de la edición 25 y, durante la campaña 2024, no ha dejado de sufrir lesiones.
La “maldición del Madden” supone que el jugador que estelariza la portada del videojuego producido por EA Sports está destinado a ver un descenso en su rendimiento durante el año, en el mejor de los casos, y en el peor, a sufrir una lesión que lo aleje de toda la temporada.
En los últimos años, esta superstición parecía estar olvidada; aunque la propia desarrolladora niega la existencia de tal maldición, McCaffrey es solo el último jugador que se une a la lista de aquellos cuya carrera ha tomado un giro inesperado.
¿Cuándo comenzó la “Maldición del Madden”?
La historia de esta maldición comienza en 2001, cuando EA Sports eligió al quarterback de los Minnesota Vikings, Daunte Culpepper, para la edición Madden 2002, tras un impresionante año en el que lanzó 33 pases de anotación y terminó la temporada 2000 con un récord de 11-5. Sin embargo, una vez que estelarizó la portada, solo consiguió una marca de 4-7, perdiéndose seis partidos por lesión y entregando el balón 16 veces, concluyendo la campaña con 13 intercepciones.
Al año siguiente, fue Marshall Faulk quien, tras cinco temporadas consecutivas superando las 1,000 yardas, apareció en la portada, pero nunca recuperó el nivel que lo llevó a ser considerado uno de los mejores jugadores de la liga. Tres años después de su aparición, se retiró debido a problemas físicos.
Michael Vick, uno de los talentos más destacados, fue la cara de la edición de 2004, pero sufrió una fractura de peroné que lo mantuvo alejado casi toda la temporada, marcando el inicio de una carrera plagada de problemas tanto dentro como fuera del campo.
Para 2006 y 2007, EA Sports eligió a Donovan McNabb y Shaun Alexander, dos jugadores que pasaban por un gran momento, pero después de aparecer en la portada, su rendimiento disminuyó y eventualmente se desvincularon de la NFL.
En 2008, Vince Young, el novato ofensivo del año en 2006, estelarizó la portada pero en esa campaña lanzó solo nueve touchdowns frente a 17 intercepciones, lo que selló el fin de su carrera como titular, ya que a partir de ese momento estuvo relegado a la banca.
Brett Favre vio cómo su carrera se desvanecía.
Hasta este punto, la desarrolladora no había elegido a una superestrella, pero en la edición 2009, Brett Favre estelarizó la portada, teniendo una de sus peores temporadas con 22 intercepciones y una lesión en el hombro que marcó el inicio de su declive, poniendo fin a su racha de 297 juegos como titular.
Dos jugadores juntos no bastaron para romper la maldición.
Para Madden 2010, EA intentó romper el patrón incluyendo a Larry Fitzgerald y Troy Polamalu, dos estrellas que estelarizaron el Super Bowl XLIII, pero al final, Fitzgerald tuvo una costilla rota y Polamalu sufrió la rotura de dos ligamentos, lo que lo dejó fuera de la temporada.
En la edición de 2012, el corredor de los Cleveland Browns, Peyton Hillis, se perdió seis partidos por lesión y terminó como suplente, un papel que jamás logró cambiar.
En años posteriores, la maldición parecía haber terminado, hasta que Rob Gronkowski, estrella de los Patriots, apareció en la portada de 2017. Para esa temporada, ‘Gronk’ tuvo escasas participaciones debido a múltiples lesiones e incluso se perdió el Super Bowl donde Nueva Inglaterra venció a Atlanta.
Christian McCaffrey, la víctima más reciente de la Maldición del Madden.
A lo largo de los años, varios jugadores como Tom Brady, Patrick Mahomes, Josh Allen o Lamar Jackson han aparecido sin repercusiones, pero cuando parecía que la historia empezaba a cambiar, Christian McCaffrey fue elegido para el cover del Madden 25.
En el mejor momento de su carrera, McCaffrey comenzó el año con una lesión en la pantorrilla, lo que lo mantuvo alejado del campo durante los primeros 10 partidos. Cuando parecía que los 49ers podrían contar con él nuevamente, su regreso solo duró tres juegos, pues en la Semana 13, una lesión en la rodilla lo obligó a abandonar el partido contra los Buffalo Bills, lo que, en papel, significó el fin de su temporada 2024.