A pesar de la tradición familiar que lo encaminaba a ser beisbolista, un joven de Torreón, Coahuila, decidió aventurarse en otro deporte: la lucha libre. Detrás de una máscara negra adornada con un corazón y un electrocardiograma, se oculta un tímido gladiador que se presenta como ‘Infarto’.
Con un padre y un abuelo beisbolistas, Infarto halló en la lucha libre nacional la ocupación que le proporciona sustento económico y, sobre todo, satisfacción personal. En una entrevista, este lagunero de 23 años reveló que al principio su sueño era brillar en el béisbol. Sin embargo, el destino lo llevó a convertirse en una estrella en ascenso del Consejo Mundial de Lucha Libre.
“Es algo sorprendente, ya que soy licenciado en Inclusión Educativa, es decir, profesor de educación especial, y nadie en mi familia estudió esa carrera. Mi papá y mi abuelo jugaron béisbol, el deporte que me inculcaron fue el béisbol; mi sueño siempre fue ser beisbolista profesional, siempre seguí a los Diablos Rojos del México”, comentó Infarto, riendo mientras hacía una analogía sobre su llegada a la Ciudad de México: “Terminé aquí en la capital, pero no con los Diablos, sino con el Consejo Mundial de Lucha Libre”.